Por Bruno Perez Almansi

Alfonso Prat-Gay es el primer Ministro del Gobierno de Cambiemos en dejar su cargo, pero la segunda dimisión relevante en el final del 2016. Isela Costantini, de Aerolíneas Argentinas, renunció tras negarse a llevar adelante el vaciamiento de la empresa, impulsada por el exCEO de LAN, Gustavo Lopetegui, y enfrentarse con el Ministro de Transporte y empresario, Guillermo Dietrich.

Las versiones sobre su renuncia giran en torno a las discrepancias con el Presidente en relación a la Ley de Impuesto a las Ganancias. La misma fue reproducida por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, sosteniendo que el único decidor sobre la política económica argentina es Mauricio Macri. Además, se suman los rumores de la pérdida de terreno del ala “gradualista” que Prat Gay incorporaba, frente a otros funcionarios, partidarios de una política de shock económico más agresivo, referenciados en el titular del BCRA, Federico Sturzenegger.

Más allá de las distintas versiones sobre su salida, la realidad muestra que las políticas económicas llevadas a cabo por Alfonso Prat Gay estuvieron destinadas al ajuste fiscal, pero el mismo sólo pudo financiarse por el increíble endeudamiento externo. A su vez, los números que deja el ex ministro son alarmantes. En comparación con el 2015, la Argentina pasó de un crecimiento de 2,4% a -3%, inflación de 25 % a 42%, endeudamiento de 15% a 25% del PBI, además hubo cierre de empresas, fuga de capitales, caída del consumo, etc. A pesar de las políticas de ajuste y de los beneficios al capital más concentrado de la economía vía reducción de impuestos y desregulación (agro, minería, capital financiero), los mismos objetivos que se había fijado el equipo económico, como la reducción del déficit fiscal o el aumento de las inversiones, no sólo no se cumplieron, sino que empeoraron.

De esta forma, a pesar de los distintos rumores sobre la renuncia del autor de la “grasa militante”, las razones deben buscarse en el pésimo desempeño de la economía durante el 2016.

El desdoblamiento del Ministerio en Hacienda y en Finanzas profundiza la división del manejo económico, financiero y productivo, atribuyéndole, supuestamente, mayor poder de decisión económica al Presidente de la Nación. Los titulares serán el economista Nicolás Dujovne (en Hacienda) y Luis Caputo (en Finanzas).

El primero de estos es columnista del diario La Nación y del programa “Odisea Argentina” (TN), de Carlos Pagni., funcionario en Hacienda en el período 97-99, ex empleado del Citi Bank y Banco Galicia, y exdirector de Papel Prensa. Proviene de la Fundación Pensar, think tank del PRO. A partir de sus escritos periodísticos podemos suponer que sus decisiones seguirán el camino de la desindustrialización, desregulación comercial y flexibilización laboral.

Caputo, quien forma parte actualmente del equipo de Prat-Gay en la Secretaría de Finanzas, quedará a cargo del Ministerio de Finanzas. El flamante Ministro sostuvo que el objetivo será  «mantener el esquema de financiamiento», que en 2016 aumentó de manera exponencial la deuda externa. Caputo, quien llegó a su cargo con un pasado compartido con Prat-Gay en el banco JP Morgan y es calificado como un «ex Wall Street», fue el encargado de negociar el acuerdo con los fondos buitre y quedará a cargo de la relación con la banca internacional.

De esta forma, los cambios de las últimas horas en el Gabinete Nacional sólo parecen evidenciar que se profundizará el camino de las políticas neoliberales basadas en el ajuste y endeudamiento externo.

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