Horacio Rodríguez Larreta presentó un nuevo proyecto que busca reformar el Código Contravencional porteño. Con la máscara de una perspectiva de género, la iniciativa reabre una pelea histórica del macrismo en la Ciudad con trapitos y artistas callejeros.

Ruidos molestos, denuncias anónimas y detenciones en comisarías son algunos de los puntos más claves de esta reforma. Hoy artistas, músicos, murgueros, trapitos y centros culturales salen al a calle a las 14 a reclamar en las puertas de la Legislatura. Se intervendrán varias esquinas con shows de todos los gustos y colores.

Ruidos molestos

El proyecto de ley Nº 1664 presentado por Rodríguez Larreta y que se encuentra en tratamiento en comisiones, propone agravar la penalización sobre “ruidos molestos” en la vía pública, e incluye como tales a los artistas que hacen música o teatro en la calle como así también los centros culturales.

Alegando la figura de “ruidos molestos provenientes de la vía pública” que excedan “la normal tolerancia”, tiene vía libre para detener a los artistas y decomisar instrumentos. Se agravan multas y penas llegando a diez (10) días de trabajo de utilidad pública, multa de dos mil ($ 2000) pesos o arresto de cinco (5) días.»

Más poder a la Policía de la Ciudad

Pese a los hechos de violencia de los que fue protagonista la fuerza porteña estos últimos meses, esta reforma le entregaría más capacidad de acción en la Ciudad. El proyecto presentado por Rodríguez Larreta entre otras modificaciones propone que la acción de la Policía deje de ser “dependiente de una denuncia privada” para que directamente pueda intervenir sin denuncia mediante.

Denuncias anónimas

“A partir de esta modificación del Código las denuncias pueden ser anónimas lo que es directamente darle vía libre a las fuerzas represivas para arremeter a su antojo contra los artistas que nos encontremos trabajando en plazas, peatonales o cualquier lugar público”, aseveraron los artistas.

“El caso podrá ser denunciado por cualquier persona, pero la actuación del órgano prevencional no dependerá de la instancia de algún afectado en particular”, se explicó en la página de la Legislatura porteña. Así, la música de los artistas callejeros puede ser equiparada con cualquier otro “ruido molesto”.

Prohibición de trapitos

El proyecto reimpulsa la vieja idea del macrismo de crear un “registro de trapitos”. De esta forma, aquellas personas que hoy están realizando este tipo de actividades sin autorización se les exigirían inscribirse para acceder a líneas de capacitación y becas, algo semejante a lo que se hizo con los manteros desalojados de Once.

Una de las principales críticas a la integración de este artículo es que actualmente no está regulado quien es la autoridad competente para brindar la autorización a los fines de poder realizar la actividad, motivo por el cual todos los cuidacoches estarían en la ilegalidad y serían contraventores.

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