Tras una dura discusión reglamentaria, el arco opositor no logró reunir los votos necesarios para anular los aumentos e interpelar al ministro en el recinto. Sin embargo, el oficialismo cedió y anunció que lo invitará de manera “urgente” a un plenario de comisiones.

La cuestión de los tarifazos volvió a sacudir al Parlamento. Mientras el gobierno de Mauricio Macri demora una resolución política al conflicto, los diputados opositores fracasaron en su intento de aprobar un proyecto para anular los aumentos ya suspendidos por la Justicia pero consiguieron poner en aprietos al ministro de Energía, que será convocado de forma “urgente” por iniciativa de la propia alianza oficialista, que debió ceder ante la presión opositora y ciudadana.

Fue una sesión escandalosa, que se empantanó por una larga discusión reglamentaria sobre la cantidad de votos requeridos para aprobar los proyectos contra los tarifazos, que no cuentan con despacho de comisión.

El temario de la sesión especial que pidió el Frente Renovador y Progresistas incluyó seis propuestas para anular los aumentos e interpelar a Juan José Aranguren en el recinto de la Cámara de manera obligatoria, aunque solo se discutió esto último.

La reunión plenaria comenzó a las 11.02, luego de que el Frente para la Victoria, el Frente Renovador, el bloque Justicialista, el Frente de Izquierda, Progresistas y otras fuerzas minoritarias dejaran de lado sus diferencias y bajaran al recinto para habilitar las deliberaciones con 130 presencias. No se veía una jugada así desde la sanción de la Ley Antidespidos, en mayo pasado.

En minoría, el interbloque oficialista se puso a la defensiva con el objetivo de bloquear cualquier proyecto que expusiera al Gobierno. Así, le exigió a los opositores que reúnan dos tercios de los votos presentes para aprobar la interpelación al ministro, que nunca fue tratado en las comisiones de asesoramiento, como corresponde para el tratamiento ordinario de cualquier expediente. No fue un pedido inocente, pues sabía que la oposición no logaría el número.

Ahí comenzó la discusión que empantanó la sesión. Graciela Camaño, jefa de los diputados massistas, fue la primera que puso en duda dicha exigencia y logró que el resto de la oposición se le sume en coro. Juntos, pidieron no obstruir la voluntad de la mayoría de los diputados de pronunciarse en contra una medida tan impopular como los tarifazos por cuestiones burocráticas.

“El reglamento no está para obstruir el funcionamiento de la Cámara; no está para defender minorías; está para que la Cámara funcione”, protestó con pragmatismo. “El reglamento no dice que las comisiones son más importantes que el recinto, sino que son de asesoramiento de los diputados. Lo que estamos haciendo cuando obstruimos con el reglamento el funcionamiento del recinto es no solo no conocer la totalidad del reglamento sino auto-imponernos una censura insoportable”, completó.

El oficialismo no cedió en este punto. Pero para calmar la pelea con los opositores -muchos de ellos los que le garantizan la sanción de leyes claves- no le quedó otra que entregar a Aranguren. “Sin violentar el reglamento, y si no se obtienen los dos tercios, nosotros vamos a invitar al plenario de comisiones al ministro de Energía para que venga de forma urgente”, anunció el jefe del interbloque, Mario Negri, que aseguró que los legisladores del oficialismo comparten la preocupación por el impacto de los tarifazos.

Poco antes, Elisa Carrió había blanqueado una vez más la molestia de los oficialistas que quieren suspender los tarifazos pero deben defender a Macri por disciplina política. “Somos muchísimos en Cambiemos los que pensamos que esto tiene que tener una resolución política por parte del presidente de la Nación”, señaló, no sin pagar el costo político de oponerse a los proyectos de la oposición que reclaman tanto ella como los ciudadanos que se expresaron en las últimas protestas.

El desenlace

La discusión reglamentaria duró aproximadamente dos horas, con acusaciones cruzadas entre oficialismo y oposición como en los tiempos de kirchnerismo. Hasta que el presidente de la Cámara, el macrista Emilio Monzó, apeló a su autoridad y negó al cuerpo la posibilidad de votar una interpretación del reglamento.

“Se requieren los dos tercios, no hay ninguna duda con respecto al artículo 147. Les he dado tiempo suficiente para aclarar y ninguno lo ha hecho. No vamos a violar el reglamento: es taxativo, es claro y la Presidencia lo va a defender. Hagamos el debate como corresponde”, manifestó.

Tras un cuarto intermedio, la discusión se reanudó por otras dos horas hasta que llegó el momento de la votación. Inhabilitada por la Presidencia a votar una interpretación del reglamento y consciente de que perdería la aprobación de cualquier proyecto por la imposibilidad de llegar a los dos tercios, la oposición en masa se retiró del recinto y la sesión quedó sin quórum. Fue el punto final.

Con todo, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, anunció que buscará dictaminar un proyecto a favor de la interpelación a Aranguren para luego tratarlo en el recinto, sin dificultades con el número. Eso así, dejó en claro que está en contra de que el Congreso anule los aumentos, tal como lo propone el Frente para la Victoria, al asegurar que es inconstitucional.

El massismo irá por la interpelación para que el funcionario se vea obligado a responder las preguntas, en un formato distinto al propiciado por Cambiemos, que accedió a que el ministro brinde un informe ante las respectivas comisiones.

Quórum

La reunión plenaria quedó habilitada a las 11.02 con la presencia de 130 legisladores, luego de que el Frente para la Victoria se plegara a la jugada del massismo, que en una disputa de egos pidió la sesión para las 10.30, apenas media hora antes que la que solicitó el kirchnerismo por el mismo tema.

Para reunir el quórum, la oposición contó con una ayuda clave e inesperada: la del “agrodiputado” Juan Casañas, que por una interna con el radicalismo tucumano dejó la UCR y formó el bloque del Bicentenario, que hasta ahora acompañó al oficialismo en todas sus leyes.

El objetivo de ambos es el mismo: asestarle un golpe a la alianza oficialista Cambiemos por el tema tarifas, aunque cada uno difiere en el tenor.

El massismo se inclina por aprobar una interpelar al ministro de Energía, Juan José Aranguren y emitir una simple resolución de repudio al tarifazos, tal como hizo la oposición en el Senado. En cambio, el kirchnerismo quiere ir más allá con sus proyectos para suspender los aumentos por 180 días o, directamente, anularlos.

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