No estuvieron juntos, como en la reunión de ayer, pero hablaron uno inmediatamente después del otro. En veredas opuestas, claro. Apenas habían pasado las 7.10, cuando un somnoliento Juan Carlos Schmid, uno de los triunviros de la CGT, explicó que uno de los reclamos sindicales será ahora la suspensión de los despidos hasta que reactive la economía. Incluso dijo que el tema ayer había sobrevolado el debut de la Mesa del Trabajo y la Producción. Pero no habían pasado las 8, cuando un alto funcionario del Gobierno ya había descartado la medida.

Quien desestimó el reclamo fue el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Ambos hablaron en el programa que conduce el periodista Luis Novaresio por AM 910.

En primer turno, Schmid valoró el encuentro de ayer en Casa de Gobierno pero explicó que la situación de los trabajadores seguía siendo complicada. Y por eso retomó un viejo reclamo gremial: la suspensión de los despidos. «Pedimos que sea por 90 días, que es el tiempo en que llegará la reactivación económica según los funcionarios», adujo el moyanista. Incluso subió la apuesta y, casi como un juego de palabras, exigió también la suspensión de las suspensiones laborales.

Pero luego habló Quintana, y tras insistir en que el bono de 2.000 pesos es sólo una referencia de negociación que luego deberán acordar libremente trabajadores y empresarios, rechazó el reclamo de Schimid. Al menos fue coherente: lo hizo con los mismos argumentos que usó meses atrás el presidente Mauricio Macri para vetar la ley antidespidos que había aprobado el Congreso de la Nación. Adujo que este tipo de medidas generan el efecto contrario al que se pregona.

La puja sigue abierta.

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