El recorrido por los museos y espacios de arte propone ampliar las propuestas del barrio más joven de la ciudady el menos poblado; cuál es la oferta de cada sitio.

Tubantia, perteneciente a la naviera holandesa Royal Holland Lloyd, realizó varios viajes desde Ámsterdam hacia Buenos Aires entre 1914 y 1916, cuando fue hundido por un submarino alemán durante la Primera Guerra Mundial. Podía transportar 197 pasajeros en primera clase, 236 en segunda, 136 en intermedia y 854 en tercera. Una réplica exacta domina hoy el Museo de los Inmigrantes donde descansa bajo malayos, luxemburgueses, griegos, africanos, polacos, franceses, alemanes y otros cuantos gentilicios que se reflejan en una pared.

El lugar es un cofre de recuerdos de las oleadas migratorias del siglo pasado con documentación y objetos de aquellos nuevos pobladores de la Argentina. A su vez, es una de las joyas perdidas de Puerto Madero, el barrio más joven de la ciudad y con menor cantidad de habitantes, pero con una nutrida oferta cultural.

Hace pocas semanas se lanzó la propuesta «Los 8 imperdibles», que pretende sumarle un valor agregado a una zona caracterizada por proyectos inmobiliarios y gastronómicos, con productos premium dominando la escena desde la fundación del nuevo barrio, a fines de los 90. El circuito recorre los sitios instalados en el barrio a cargo de diferentes instituciones que se unieron para ofrecer mayores atractivos a los turistas argentinos y extranjeros. Y también a los porteños que desconocen la variedad cultural de Puerto Madero.

El Museo de la Inmigración, el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), la colección de arte Amalia Lacroze de Fortabat, la Fragata Presidente Sarmiento y la corbeta Uruguay, el Museo del Humor, el Faena Arts Center, el Pabellón de las Bellas Artes y el Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de la Cárcova son los ocho integrantes de este recorrido planteado entre la Dársena Norte y el Dique 1, en poco más de dos kilómetros cuadrados de superficie.

«Ver tantos objetos que me hacen recordar a mis abuelos es impactante. Y encontrar las fichas de los dos, de cuando arribaron a Buenos Aires, es sumamente emocionante, para mí y toda la familia», cuenta Mariano Mignani después de recorrer el salón que el Museo de los Inmigrantes le dedica a los italianos y españoles que llegaron a la Argentina. En sus manos tiene dos certificados con los nombres de sus abuelos maternos, la fecha en que salieron de Italia y el día del arribo a Buenos Aires en el buque Paolo Toscanelli.

El museo está montado en una de las habitaciones del Hotel de los Inmigrantes, que funcionó allí entre 1911 y 1953. En este lugar los extranjeros podían pasar cinco días, una vez arribados al país, hasta ponerse en contacto con sus familiares argentinos o conseguir un trabajo en la oficina de empleos. El hotel tenía tres pisos, cuatro habitaciones por planta y 250 camas en cada una de ellas. En total podía albergar a 3000 personas.

«Recibimos muchos colegios de lunes a viernes y los fines de semana hay más turistas. Algunos viajan a Buenos Aires para hacer un tour de museos. Pero los porteños no se acercan mucho», asegura Cecilia Monzó, una de las guías, mientras recorre el edificio. Allí también funciona el Museo de Arte Contemporáneo que exhibe muestras del español Bernardi Roig y el argentino Leandro Erlich hasta el 18 de septiembre y el 5 de octubre, respectivamente.

Pocos vecinos

Según estimaciones de la Dirección General de Estadística porteña, Puerto Madero tiene unos 7000 habitantes y es el barrio menos poblado. Sin embargo, es el que más creció: en 2001 había 409 residentes. De acuerdo con el censo de 2010, en Buenos Aires viven unas 2.900.000 personas y tiene 68 museos, entre los nacionales y porteños de diversos rubros, es decir, uno cada 42.647 personas. El recorrido de Los 8 Imperdibles de Puerto Madero ofrece un espacio cultural cada 875 habitantes.

«La oferta trasciende al residente de Puerto Madero. El barrio tiene un enorme porcentaje de espacios públicos, los malecones peatonales sobre las márgenes de los diques y grandes parques. Es un barrio muy vivo y con una dinámica que aprovechan tanto sus habitantes como los visitantes», considera la presidenta de la Corporación Puerto Madero, Agustina Olivero Majdalani.

Entre las propuestas se destaca el Pabellón de las Artes de la Universidad Católica Argentina que en la actualidad exhibe una muestra sobre el Holocausto judío, con 54 fotos en primer plano de sobrevivientes al genocidio y una pequeña reseña de la vida de cada uno de ellos. Aparece también el Museo del Humor, que funciona en el edificio de la Dirección General de Museos de la ciudad. Allí hay caricaturas de Mordillo, el artista Villa Pueyrredón, y un recorrido cronológico de la evolución de la historieta nacional.

«Es importante no mirar a los bienes patrimoniales aisladamente sino hacerlo de una forma integrada, como un recorrido que va cosiendo distintas propuestas», considera la titular de la Gerencia Operativa Patrimonio de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico, Nani Arias. Ese patrimonio destaca el carácter de cada barrio. En el de Puerto Madero ya asomó un nuevo don, el cultural.

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