«Se suspendió por el clima», dijo un intendente peronista del interior bonaerense. Otros se ríen de eso, dejando entrever que se trata de una mentira piadosa. Si bien el Servicio Meteorológico Nacional anticipa para este sábado 18 de febrero un cielo nublado con probabilidad de chaparrones y tormentas, vientos leves a moderados del noreste y mejorando hacia la noche, lo concreto es que los truenos están dentro del PJ. El apoyo de La Cámpora a Cristina Fernández de Kirchner, un pataleo de los sectores más duros del justicialismo, el malestar contra El Evita y el sector del diputado Oscar Romero por la última sesión del Congreso, los petardos de Julián Domínguez y las pintadas de Florencio Randazzo fueron generando una cadena de bajas que terminaron de redondear lo que -muchos coinciden por lo bajo- iba a ser un fracaso.

Sumando todas las versiones que durante la tarde de este viernes fueron brindando en reserva los distintos sectores de un turbulento peronismo bonaerense, decir que la cumbre en Santa Teresita de este sábado se suspendió porque va a llover suena a excusa casi infantil. Lo que queda en evidencia es que el clima interno no era el ideal; muy por el contrario, los pases de facturas y acusaciones cruzadas llegaron a un punto tan límite que explotó todo.

En la semana, el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, viajó a aquel distrito de la costa atlántica para mudar de lugar el cónclave, que pasaría del Club de Golf -sede de la cumbre del año pasado- al polideportivo La Quinta. Estaba todo listo para que se lleve a cabo. Y ahí ya se sabía que no iba a haber sol.

Se trataba de una reunión en la que esperaban lograr una nueva foto de unidad, tal como sucedió en algunos momentos del año pasado. Pero no va a poder ser. Los primeros que pegaron el portazo y se bajaron del encuentro fueron los intendentes del Grupo Esmeralda. El último miércoles, ese bando se reunió a cenar. Estaban Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo Bucca (Bolívar), entre otros. Cuentan que allí decidieron no participar de la cumbre que se iba a desarrollar este sábado.

“Si queremos construir la renovación, lo nuevo, no podemos seguir atados a Cristina, a lo que ella decida”, se escuchó en la conversación. También, enojó a los jefes comunales la intención de La Cámpora de firmar un documento de apoyo a la ex mandataria ante los embates judiciales operados por el oficialismo.

Según el espacio de Máximo Kirchner, lo que ellos proponían era reproducir un documento similar al último congreso en La Matanza. «Había consenso para replicar eso», argumentan y además niegan haber propuesto al PJ movilizar a Comodoro Py para respaldar a Cristina, porque ni siquiera ellos van a hacerlo.

El clima termina de enrarecerse por la jugada del ex precandidato a gobernador por el Frente Para la Victoria Julián Domínguez, que salió sin vueltas a adelantar postulaciones. «Voy a ser candidato sin importar lo que haga Cristina», dijo el dirigente de Chacabuco en diálogo con Infobae. Además, el ex ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo le puso picante a la previa con pintadas en algunos barrios de la capital bonaerense y en la bajada de la Autopista Buenos Aires – La Plata, con la leyenda “Randazzo Senador”. Las consignas fueron difundidas por dirigentes del grupo El Ateneo, entre los que se encuentran el ex funcionario provincial y presidente del Concejo Deliberante platense durante la gestión del ex intendente Julio Alak, Roberto “Pocho” Prandini -su apelllido acompaña al del ex ministro del Interior en una segunda versión de los grafittis.

«Todavía es demasiado pronto para andar haciendo estas definiciones», reprochan en La Cámpora, y atacan directamente a Domínguez porque sospechan que aquellas declaraciones sirvieron para detonar todo, disimulando que en realidad lo que no quiere hacer es confrontar directamente con María Eugenia Vidal y Mauricio Macri. El documento que planeaban sacar a la luz este sábado contenía términos muy fuertes contra Cambiemos.

La última vez que se reunieron todos los sectores, también en Santa Teresita, había un mayor porcentaje de intendentes y otros dirigentes que sostenían que el futuro debía posicionarlos a ellos como principales protagonistas del peronismo, liderados por alguien que aún no había aparecido. Hasta ahí, estaban todos de acuerdo, en mayor o menor medida. Luego, los Esmeralda comenzaron a fogonear a Randazzo, quien nunca volvió a escena ni se hizo cargo. Tampoco apareció ningún otro. Entonces, el tiempo fue impulsando nuevamente a la ex Presidenta como la jefa del movimiento, apoyada por los intendentes de Avellaneda –Jorge Ferraresi– y Ensenada –Mario Secco– y La Cámpora, por supuesto. Eso enfrentó a todos los sectores.

Los Esmeralda se bajaron y así sucesivamente uno a uno. Entonces, la unidad nuevamente iba a ser un relato que, encima, ni siquiera se iba a poder camuflar en una foto, porque no iba a ir nadie. Este sábado va a llover, pero la tormenta ya empezó desde hace rato

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